La ley del hielo básicamente consiste en ignorar, de distintos modos, a la persona con la que estamos.
Por ejemplo: dejar de responder mensajes, no tener en cuenta las necesidades expresadas, no responder a las preguntas e irse por otros derroteros deliberadamente, evitar el contacto físico o incluso visual, etc…Hay muchas maneras de aplicar esta ley, unas más evidentes que otras, claro está. Y ahora, con las redes, este fenómeno ha ido in crescendo.
La ley del hielo es la forma de abuso emocional más agresivo-pasiva que existe desde mi punto de vista.
Suele aplicarse cuando uno interpreta que el otro ha actuado mal y se enfada, entonces empieza a actuar con frialdad, con distanciamiento emocional y con cierta falta de empatía. Este tipo de negligencia también la emplean adultos con sus propios hijos, no solo ocurre a nivel de pareja, y el objetivo es el mismo: castigar en silencio y despertar la culpa en la víctima.
Hay una expresión muy sutil de esta ley que es la extinción, que consiste en ignorar los mensajes que no interesan, ya sea porque esa persona no le da importancia o porque no tiene argumentos ni recursos para responder y prefiere evitar el conflicto que pueda evocar. Esto lo único que provoca es generar un increíble malestar en quien lo recibe, ya que, como la otra persona no hace más que desviar el foco, no hay manera de confrontar la situación o poder aclarar lo que está ocurriendo. Y eso lleva a que quien lo sufre vive en preocupación constante sintiéndose no vista ni querida.
Las consecuencias de este tipo de comportamientos son tremendamente nefastas: baja autoestima e inseguridad, baja capacidad para resolver conflictos, comunicación muy pobre, y a menudo acaba derivando en una relación de dependencia emocional puesto que existe un refuerzo intermitente que favorece su aparición.
¿Os suena todo esto? ¿Habéis aplicado la ley del hielo o la habéis sufrido?
Laura atiende consultas de Tarot terapéutico. Puedes ponerte en contacto con ella a través de Instagram (@creciendoengaia)
